La mediumnidad probatoria es aquí el primer y necesario paso

hacia la comprensión de la vasta realidad de la vida.

 

Conocer a sus guías o amigos en el mundo espiritual es otra conexión inevitable que nos hace darnos cuenta de nuestra pertenencia a una conciencia más amplia, compuesta por muchos espíritus, su fuerza de voluntad y su amor.

Tenemos que ser capaces de comprender su apoyo y recibir

sus enseñanzas de la manera más consciente para poder

integrarlos en nuestra vida de la mejor manera posible.

 

Puesto que la comunicación con el Mundo Espiritual la lleva a cabo nuestra Alma,

no nuestra mente, se nos da constantemente la oportunidad de profundizar

la identificación con nuestro Yo Real, nuestra Alma encarnada.

Esta profundización es la raíz del poder transformador para

el Médium Espiritual y debe ser buscada continuamente.

 

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Y fusionarse con nuestra Alma Superior,

la fuente directa de nuestra Alma personal encarnada

es un cambio completo de conciencia que nos permite  descubrir

una energía viva, que comprende muchas formas vivas

de las cuales somos sólo una, así como todas.

Una entidad viviente que podemos expresar, una intención viviente,

que nos ha traído aquí, por razones que no tenemos que entender.

Más bien tenemos que vivir.

 

Vivir según el amor del Alma no es una opción,

simplemente sucede de todos modos.

Aunque la raza humana decida aislarse

de las inmensas fuentes de Luz,

durante el primer paso de su existencia

en la dimensión física de este planeta,

la mediumnidad probatoria nos enseña

la armonía y la justicia sobre las que

se construye la vida humana.

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Pero volverse más consciente de la intención del Alma,

durante la parte física de la existencia humana,

es de hecho una opción y una elección y siempre

se ha considerado la meta más noble de la humanidad.